NO ES POR UNA MAYOR DEMANDA. La ruina del poder adquisitivo impide que el venezolano mejore su alimentación. La carne que consumen hoy tres deltanos es la que alimentaba a uno ayer. Por tanto LA ESCASEZ OBEDECE A OTRAS RAZONES. El rebaño de Delta Amacuro no escapa al derrumbe. Su cifra, según la tasa de crecimiento nacional 1961-1998, debería ser el doble de la que estiman oficialmente.
Entre los años 70 y 90, con una población media un poco menos de 1/3 de la actual, la manada bovina del TFDA nos abastecía, y proveía de reses a Guayana. Se beneficiaba más del doble de lo que se faena actualmente, y se expendía la carne en un ⅓ de las carnicerías de hoy. Desde hace más de quince años el rebaño de Delta Amacuro no cubre la demanda, y Monagas nos suplía con reses para Matadero. Eso se acabó. La falta de poder adquisitivo fué la razón fundamental.
En el año 2022 fueron beneficiadas en el Matadero Municipal unas 3.500 reses, y en lo que va del 2024 se han faenado unas 1.300. La matanza, como fué señalado, se ha reducido a menos de la mitad, sin embargo eso no mella el negocio de la carne, los expendios se han triplicado… Tantas carnicerías para tan poca carne revela cuan magos de las finanzas son sus gerentes.
Ahora bien, ¿POR QUÉ ACTUALMENTE HAY UNA BAJA CONSIDERABLE EN EL ARRIME DE GANADOS PARA MATADERO?
A las razones antes señaladas se suma el hecho que:
1. Buena parte del rebaño que permanecía en el Delta protegido del río y nos proveía de carne durante todo el año, hoy es movilizado –huyéndole a la precariedad ambiental del Delta resguardado de las inundaciones–, a espacios del mismo Delta con mejores pasturas nativas. Tales rebaños aún no han regresado, por tanto «tenemos menos ganado a la mano»,
2. La otra razón de peso es que LA MAYORÍA DE LOS PROPIETARIOS DE GANADOS FALTAN A SUS OBLIGACIONES SANITARIAS, por tanto no cuentan con los recaudos de ley exigidos para la movilización.
Finalmente es oportuno señalar que UN NÚMERO NO DESPRECIABLE DE CARNICERÍAS SON PROVISTAS –gracias a la complicidad desde el potrero hasta la mesa–, CON RESES «MALOGRADAS»; sea para evadir obligaciones sanitarias; para comerciar animales no aptos para el consumo, y para colocar ganados de dudosa procedencia. CON ESA PRÁCTICA, ADEMÁS DE ENCUBRIR EL ABIGEATO, SE EXPENDE CARNE NO APTA PARA EL CONSUMO HUMANO.
Delta Amacuro, junio 2024.
MV. Rogelio Rodríguez Rodulfo.