En un principio un juzgado del municipio Grabatai, en Porto Alegre, había prohibido la inauguración del santuario a Lucifer.
Sin embargo, el fundador de la Nueva Orden de Lucifer en la Tierra, revocó esta medida judicial logrando su cometido.
El santuario contempla en el centro una estatua de 5.5 metros de altura del demonio, valorada en unos 35.000R$.
Dispone de cinco hectáreas en un área rural del municipio anteriormente mencionado al sur del país.
Los seguidores de esta nueva orden religiosa agrupa a unas cien personas aproximadamente de afrobrasileños Quimbanda.
El rechazo masivo de millones de brasileños que creen que Jesucristo es el camino, ha sido contundente, quienes se oponen a la inauguración del santuario.
Miles de personas también se han pronunciado en las redes sociales manifestado su rechazo e inconformidad por este tipo de templo