Tucupita, 28 de febrero de 2025
102° Aniversario de la llegada al Vicariato de fr. Santos de Abelgas
“Necesito pocas cosas y las pocas que necesito, las necesito poco.”
San Francisco de Asís
Ésta frase recoge la visión austera que fue una de las bases éticas de la Orden Franciscana; y que los hijos del pobrecito de Asís tenían que tenerlas muy claras para vivir los Ideales del Evangelio, con sencillez, sin lujos ni bonanza, para vivir libres y sin ataduras; yo me imagino que, en los momentos más difíciles, lejos de las comodidades y la civilización fr. Santos de Abelgas “escuchaba en su corazón” la voz de nuestro Señor: “Vayan por todo el mundo…”
Para cimentar las bases de la primera misión en los caños del Delta Amacuro “el apóstol de los waraos” tuvo preparado para enfrentar las adversidades del lugar, los ataques del clima, la dureza del terreno y solo necesitaba poner su confianza en aquel que un día lo llamó a la misión, sin mirar atrás. Al acercarse el Centenario de la fundación de misión de Araguaimujo, he querido investigar y presentarte de forma sencilla éste gran acontecimiento para el Vicariato de Tucupita, cuando “sembró” en el corazón del warao las bases de la educación, el trabajo y la fe.
¿Cuándo comenzó? ¿Quiénes estuvieron? ¿En qué tiempo fue? Así que, mi querido “Teofilo” comenzar una empresa como ésta no es fácil, y que debes imaginarte los sacrificios que conlleva.
PRIMERA MISIÓN DEL VICARIATO:
En aquel tiempo, siendo el tercer año del pontificado del Papa Pío XI, el Papa de las Misiones (Achille Damiano Ambrogio Ratti), y quien desde 1854 formó parte de la Tercera Orden de San Francisco. su nuncio apostólico en Venezuela, mons. Francesco Marchetti Salvaggiani y el vicario apostólico del Caroní mons. Diego Antonio Alonso Nistal (fr. Bienvenido de Carucero).
Estando el tercer párroco a cargo de la parroquia San José de Tucupita; fr. Bonifacio de Olea (10 de febrero de 1925 al 17 de noviembre de 1925) junto a los hermanos de comunidad, fr. Benigno de Fresnellino y fr. Saturnino de Bustillos; estando en la presidencia de la República de Venezuela el Gral. Juan Vicente Gómez; y como gobernador del Territorio Federal Delta Amacuro Rómulo Carrillo.
Encontramos en el libro de P. Elías Martín Ocasar, misionero capuchino, y quien estuvo en nuestro Vicariato Apostólico de Tucupita hacia 1970, recogió la siguiente información, muy valiosa para nuestra investigación sobre la fundación de la misión de Araguaimujo en el libro titulado “EN LAS BOCAS DEL ORINOCO”, donde narra los 50 años de los misioneros capuchinos en el Delta Amacuro entre los años 1924 a 1974, nos dice:
Que “En la mañana del 10 de marzo de 1925 salían de Tucupita mons. Nistal, P. Santos de Abelgas y el hermano Darío de Renedo en busca de un lugar adecuado donde asentarse entre los indígenas guaraúnos. La noche les alcanzó en el caserío de “Macareo Santo Niño”, pasando la noche en la casa del comisario Rafael Salas; otro día necesitaron para llegar a la boca del caño Araguao.
Por fin el día 13 pisaron tierra de Araguaimujo. El indígena Torres no tuvo reparos en compartir su mesa con los misioneros, a pesar de que eran siete ya de familia. A los pocos días queda sólo el padre Santos de Abelgas. En sus manos estaban los comienzos de la “Misión del Caroní”. Consciente de ello, inició el trabajo. Con tal ritmo lo llevó que, en repetidas ocasiones cayó desvanecido del esfuerzo.
El 19 de marzo de 1925, festividad de San José, se iniciaba oficialmente la estancia de los Misioneros entre los guaraúnos con la inauguración y bendición de esta primera casa-misión, denominada “Divina Pastora de Araguaimujo”
Según P. Juan Antonio Vives Aguilella, terciario capuchino, en su libro, titulado: 85 AÑOS HACIENDO EL BIEN LAS HERMANAS TERCIARIAS CAPUCHINAS EN VENEZUELA 1928-2012: en las páginas 153-154 nos dice:
“Todo comenzó con una excursión que monseñor Diego Nistal, acompañado de los padres Crisóstomo de Bustamante y Samuel de San Mateo, realizó por el Caño de Araguaito y Araguao con el fin de escoger un lugar adecuado para su asentamiento de primera evangelización. Al final, se decidieron por el Caño de Araguaimujo, poblado casi exclusivamente por indígenas.
El 13 de marzo de 1925… Este día, el padre Santos, tras despedir al atardecer a sus dos acompañantes, se quedó ya solo en el lugar con la encomienda de ir habilitando el terreno que era todo montaña.
A partir del día siguiente –14 de marzo– el padre Santos, ayudado por algunos indios, comenzó a talar los alrededores y a limpiar el sitio. Y así hasta la víspera de San José, en que se quedó ya a dormir en el ranchito que se construyó y que medía cinco varas de largo por cuatro de ancho. Al día siguiente –19 de marzo de 1925– solemnidad de San José, celebró en el lugar la primera eucaristía, dando así por fundada la Misión Divina Pastora.
En un primer momento, el padre Santos se preocupó de trabajar y preparar el terreno, plantando y cultivando yuca, plátanos, caña y ocumo. En mayo de aquel mismo 1925 llegó a la Misión el padre Luis de León, nombrado superior de la misma, que se esforzó por dar a conocer a los indios del entorno los beneficios de la Misión y levantó para los misioneros una casa con tres habitaciones y con una pequeña capilla provisional, unidas por un comedor al aire libre.
También levantó un salón de veintidós varas para recoger niños indígenas. Los primeros de estos niños ingresaron en la Misión el 4 de octubre del mismo 1925.
Tanto era el celo y ánimo emprendedor del padre Luis que, en poco tiempo, dio gran impulso al nuevo asentamiento misionero tanto en el ámbito espiritual, como en el material e intelectual. En este último sentido es de resaltar el hecho de que varios niños aprendieron muy pronto a leer y escribir.
Fue asimismo mérito suyo el haber recabado de personas pudientes –especialmente de residentes en Caracas– bastantes limosnas, que contribuyeron al mantenimiento de la Misión no sólo en sus primeros tiempos, sino que se continuaron en años posteriores.
Tras dos años y medio de constante batallar en Araguaimujo, la salud del padre León se resintió y tuvo que trasladarse a Caracas para tratamiento médico. Este traslado se produjo el 7 de diciembre de 1927. Para sustituirle fue designado el padre Samuel de San Mateo, que se haría cargo de la Misión el 18 de enero de 1928, tan sólo doce días antes de que llegasen a Venezuela las primeras tres terciarias capuchinas enviadas desde España a aquella Misión de la Divina Pastora.
La comunidad capuchina la completaban el padre Santos de Abelgas, que estaba allí desde el principio, y fray Rogerio de Valduvieco, que fueron los encargados de recibir a las hermanas cuando llegaron a la Misión.”
SANTO DE ABELGAS EL “APÓSTOL DE LOS WARAOS”
Fr. Santos de Abelgas nació en la provincia de León, España, en un pueblito llamado Abelgas de luna, el 10 de agosto de 1878, hijo de Manuel Álvarez y María Álvarez; bautizado con el nombre de Lorenzo Álvarez. El primero de noviembre de 1895 vistió el hábito capuchino en Bilbao; y el primero de noviembre de 1896 hizo sus primeros votos. En Fuenterrabia, provincia de Guipúzcoa estudio latín, humanidades y filosofía; haciendo sus Votos perpetuos el 24 de diciembre de 1899.
En el convento de León estudio teología, ordenando de sacerdote el 25 de mayo de 1907, el 29 de diciembre de 1909 llega a la Isla de Puerto Rico, junto a los frailes: fr. Fidel de San Sebastian, fr. Salvador de Palacio, fr. Hipólito de Remedio y el hno. Roque de Reliegos; saliendo para Cuba el 31 de diciembre de 1909 junto al hno. Roque para misionar durante 13 años en San Salvador de Bayamo.
Llega al entonces Vicariato Apostólico del Caroní; fr. Santos de Abelgas a la ciudad de Tucupita el 28 de febrero de 1923, para acompañar a fr. Samuel de San Mateo y luego es asignado para fundar la primera casa-misión del Vicariato en la comunidad de Araguaimujo, saliendo de Tucupita la mañana del 10 de marzo de 1925, donde estuvo hasta el 20 de julio de 1936, saliendo por motivo de salud para Caracas a recuperarse. Y quien partió a la Casa del Padre en la ciudad Caracas el 28 de diciembre de 1937, luego de casi 15 años en el Vicariato Apostólico del Caroní para Gloria y Alabanza de Nuestro Señor Jesucristo.
Artículo en Memoria de + fr. Santos de Abelgas, OFM Cap
*Alexander Villegas*
Lcdo. Comunicación Social
P.N.I. 29.097
CNP 27.552