Hay una «especie» venezolana y para más señas deltana, que a pesar de la situación país no se amilana y todos los días se levanta con la mejor disposición para dinamizar la economía familiar y la de la región.
Román Marín pertenece a esa legión de personas positivas, que a pesar de haber incursionado en otro tipo de labores, en el momento más complejo y con la energía aprendida en la familia, decidió un buen día con el apoyo de amigos, la solidaridad de otros comerciantes vecinos montó una plancha y con el respaldo de un amigo ya que nadie sabía hacer cachapas comenzaron.
Cuenta Román Marín que las primeras cachapas se quemaron y trás ensayo y error arrancaron con el negocio que hoy justamente está cumpliendo cuatro meses.
El nombre de este negocio surge luego de cavilar en la idea que si existe una arepa pelúa (por lo de la carne mechada) por qué no una cachapa pelúa.
Sembró varias hectáreas de maíz y sin saber dónde colocarlo, arrancan con este negocio de comida, combinándolo con sopas, de costilla, pollo, gallina, mondongo. A pesar de que el espacio de La Cachapa Pelúa es pequeño, hay que resaltar que es un espacio donde la pulcritud es un punto de honor y podría decirse que además de lo sabroso de las cachapas, las sopas no tienen comparación.
En su momento a Román viajó por casi toda Venezuela, son muy pocos los lugares que le falta por conocer, Amazonas para ser exactos. Conoció el Zulia y de cada lugar que visitó probó sus platos. Como conocedor de la buena cocina asegura que apuesta a la cocina tradicional de Tucupita.
Quiere ir agregándole arepitas de maíz, se le sugiere el maíz desgranado al estilo de Maracaibo. Está empeñado en seguir dando lo mejor de su cocina en La Cachapa Pelúa, al punto que la cocina está a la vista de todos para brindar confianza a los comensales que llegan a su negocio en calle Tucupita.
Hay varias cosas que Román Marín tiene seguras, una que el Delta tiene una tierra prodigiosa que si se lanzan unas semillas en cualquier parte, en cualquier parte se dá y por otro lado que a un campesino nadie le va a enseñar lo que ya sabe de forma ancestral.