Maracaibo, 21 de noviembre de 2024 – El mundo del arte y la fotografía en Venezuela está de luto tras conocerse la lamentable partida de Hamid Albert Frangieh Moro, conocido como Beto Frangieh, este jueves 21 de noviembre. Considerado uno de los exponentes más destacados de la fotografía artística en el país, su legado queda como un testimonio del poder transformador del arte y la visión estética.
Beto Frangieh nació el 11 de mayo de 1956 en Ciudad de México, pero desde 1959 residió en Maracaibo, donde desarrolló una prolífica carrera que abarcó más de cuatro décadas. Arquitecto de formación, egresado de la Universidad del Zulia en 1984, encontró en la fotografía su mayor medio de expresión artística. Su obra, caracterizada por una profundidad conceptual y un manejo técnico impecable, lo convirtió en un referente nacional e internacional.
Un legado artístico y académico
El talento de Frangieh no solo brilló a través de sus imágenes, sino también en su dedicación a la formación de nuevas generaciones de fotógrafos. Su experiencia como docente incluyó talleres libres de fotografía y laboratorio en blanco y negro entre 1982 y 1985, así como cátedras en instituciones como la Escuela Julio Vengoechea y el Instituto Monseñor de Talavera.
La amplitud de su formación también fue notable. Entre 1977 y 1979 estudió fotografía en la Escuela Superior de Artes Neptalí Rincón, y posteriormente perfeccionó sus habilidades en seminarios internacionales con figuras como Arnold Newman, Anna Tomczak y Annie Griffith Bell, entre otros. Estas experiencias moldearon un estilo único que exploraba el dualismo entre el cuerpo y el objeto, como lo describiera el crítico Evaristo Pérez Suárez.
Premios y reconocimientos
A lo largo de su carrera, Frangieh acumuló numerosos galardones que reflejan su excelencia artística. Entre ellos destacan el primer premio de fotografía en la I Bienal de Artes Visuales Ciudad de Maracaibo (1984), el prestigioso Prix Air France-Ville de París (1986) y el primer premio en el II Salón de Fotografía Seguros Catatumbo (1987). Además, fue seleccionado para representar a Latinoamérica en la IV Bienal de París, un logro que subraya su impacto internacional.
Su obra fue publicada en revistas y periódicos tanto nacionales como internacionales, incluyendo National Geographic, Preservation News (EE.UU.), Vitral, Zeta y Panorama. Su capacidad para capturar la esencia de sus sujetos y espacios le permitió trascender las fronteras de lo visual para incursionar en lo emotivo y conceptual.
Exposiciones memorables
Beto Frangieh realizó importantes exposiciones individuales que marcaron hitos en su carrera, entre las que destacan «Femmes» en 1991, «Naturalezas no tan Muertas» en 1993 y «Bajo el Signo de Tauro» en 1995. En 2020, el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (MACZUL) le rindió homenaje con la muestra “Beto Frangieh, sentir, pensar, crear”, una retrospectiva que revisó las múltiples facetas de su obra.
Participó también en numerosas exposiciones colectivas y salones artísticos desde 1983, consolidándose como una figura esencial en el panorama cultural del estado Zulia y del país.
Un vacío irremplazable
La muerte de Beto Frangieh representa una pérdida irreparable para la fotografía venezolana y el arte contemporáneo. Su obra, marcada por un profundo cuestionamiento sobre la realidad y la interacción entre el cuerpo y el objeto, continuará siendo fuente de inspiración para artistas y académicos.
Frangieh deja un legado que trasciende las imágenes que creó; en sus fotografías habitan no solo la belleza y el dominio técnico, sino también una búsqueda constante de significados más profundos. Su ausencia será profundamente sentida, pero su legado vivirá en los corazones de quienes admiraron su arte y en la mirada de aquellos que aprendieron a ver el mundo a través de sus lentes.
Que descanse en paz un maestro de la luz y la sombra, un arquitecto de imágenes que siempre buscó construir belleza en cada captura.
Tomado de El Maracaibeño